¿Qué tan confiables son nuestras pruebas?
Imagina aplicar una prueba a dos grupos de estudiantes con características similares… y obtener resultados totalmente opuestos. Algo no anda bien. Por eso es fundamental garantizar que nuestras pruebas sean válidas, confiables y diversas.
La validez se refiere a que la prueba realmente mida lo que se quiere medir. La confiabilidad indica que los resultados son estables y consistentes. Y la diversidad implica diseñar pruebas que consideren los distintos estilos, ritmos y contextos de aprendizaje.
En un país como República Dominicana, donde coexisten múltiples realidades educativas, estas consideraciones son esenciales. Por ejemplo, una prueba en una escuela urbana no puede ser idéntica a la de una zona rural sin ajustes. Adaptar el lenguaje, incluir ejemplos locales y ofrecer modalidades mixtas (escrita, oral, práctica) ayuda a garantizar una evaluación más justa.
¿Cómo logramos calidad en nuestras evaluaciones?
Con capacitación docente, uso de rúbricas, revisión cruzada de ítems y pilotajes previos. También es clave que el docente se pregunte: ¿Esta prueba permite a todos mis estudiantes demostrar lo que saben?
💡 Actividad sugerida:
Analiza una prueba que hayas aplicado. ¿Era válida, confiable y diversa? ¿Qué cambiarías? Comparte tus ideas en los comentarios.
Referencias
- Nitko, A. J., & Brookhart, S. M. (2014). Educational Assessment of Students (7th ed.). Boston: Pearson.
- UNESCO. (2017). Lineamientos para evaluaciones inclusivas. París: UNESCO.
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